1. Chablis y mariscos a la plancha
Chablis es una zona de producción de vino que se encuentra al norte de Borgoña, Francia. Todos los vinos que se producen bajo esta denominación de origen se elaboran de una sola variedad: chardonnay y no suelen tener paso por barrica o tienen poco contacto con madera. De manera general el estilo de un Chablis es fresco, con sabores y aromas que recuerdan a frutos cítricos y un final largo por el alto nivel de acidez y notas minerales.
Ese nivel alto de acidez y su frescor provocan un maridaje por contraste a raíz de las sensaciones que muchos mariscos dejan en boca. Si estos mariscos se preparan a la plancha, entonces logramos un maridaje legendario. Durante la cocción a la parrilla, agregamos ligeros sabores amargos a los ingredientes que preparamos. Estos sabores que se obtienen por las altas temperaturas de una parrilla o plancha, complementarán los sabores del vino y frente a este contraste, los sabores afrutados del vino serán más intensos.
2. Napa Valley Cabernet Sauvignon y Ribeye Steak
En el Valle de Napa se encuentran los viñedos más caros y algunas de las bodegas más prestigiosas de California. El valle se divide en varias subzonas y en muchas de ellas los veranos son calurosos, lo que permite producir vinos tintos de la uva cabernet sauvignon estructurados y con cuerpo. Los niveles de taninos y alcohol suelen ser altos.
Estas características hacen de estos vinos una excelente opción para combinarlos con carnes rojas y especialmente con un ribeye. El ribeye es más graso que otros cortes, lo que lo hace más jugoso y rico en sabor. Combinado con el marmoleo natural de este corte logramos contrastar los taninos estructurados y secantes del vino con las sensaciones jugosas de la carne; a su vez, las sensaciones envolventes de fruta madura del vino con los sabores intensos de la carne.
3. Pasta all’amatriciana y Montepulciano d´Abruzzo
La región de Abruzzo en el centro de Italia es reconocida por los vinos tintos de la uva Montepulciano. Esta uva tiene niveles medios de acidez y taninos y sabores a fruta negra. Aunque los vinos no siempre se envejecen en barricas es común que tengan notas ahumadas o especiadas. Puede sustituirse por pancetta.
De manera general, acidez y tanino en un vino combinan bien con proteínas como res o cerdo y por su lado, los sabores a fruta negra madura del vino se intensifican en presencia de sabores ácidos y salados en la comida. La salsa amatriciana usa varios de estos elementos. Tomate, queso pecorino y tradicionalmente “guanciale”, una carne curada que se obtiene de las mejillas de los cerdos.
4. Queso de cabra y sauvignon blanc
La uva sauvignon blanc produce vinos blancos con sabores herbáceos, acidez alta y aromas intensos que varían según su origen. En el Valle del Loira en Francia, suelen tener mucha acidez con notas minerales. En Nueva Zelanda, el estilo es inconfundible con aromas intensos a fruta tropical y acidez alta, en muchos casos balanceada por sabores afrutados. En las zonas más frescas de California, esta uva produce un estilo que en ocasiones se mezcla con la uva “sémillon” para balancear acidez y aromas intensos.
Estos estilos tienen en común acidez y uno de los mejores maridajes para balancearla es el queso de cabra fresco y suave. Este suele tener sabores intensos que maridan con la intensidad de los aromas de los vinos de la uva sauvignon blanc y textura cremosa que contrasta con su acidez natural.
5. Chocolate y Oporto Ruby
Es el vino fortificado dulce más popular de Portugal y se elabora en varios estilos. El oporto ruby es un vino joven con un color rojo brillante, aromas y sabores que recuerdan a frutos negros maduros, chocolate y especias como canela.
En el maridaje de postres es esencial que el vino sea igual o más dulce. En el caso del chocolate y oporto ruby, no solamente los niveles de dulzor son similares sino que además logramos un maridaje por afinidad ya que los sabores tostados y dulces del vino (que nos recuerdan a chocolate), también están presente en nuestra preparación. Si quieres experimentar con diferentes opciones prueba con fondant de chocolate o un postre de chocolate negro y cereza.
6. Pinot noir y salmón a la plancha
La uva pinot noir se usa en la elaboración de los vinos tintos de poco cuerpo más populares del mundo que pueden variar ligeramente en estilo, pero tienen en común sabores a frutas rojas o frutas del bosque y un final suave con taninos delicados. Esto lo hace un vino versátil para los maridajes ya que compite poco con los ingredientes.
Uno de los maridajes más interesantes con pinot noir es salmón a la plancha. Este pescado graso de sabores intensos adquiere una textura más rica y la piel se vuelve crujiente. Este maridaje complementario crea equilibrio y resalta los sabores del vino y de la preparación.
7. Chianti y Pizza
En Chianti, Italia, se elaboran vinos tintos principalmente de la uva sangiovesse. Los vinos de esta denominación suelen tener niveles altos de acidez y esto les permite maridar con preparaciones que tengan salsas de tomate. Además, un Chianti suele tener taninos equilibrados y sensaciones sabrosas en boca que recuerdan a fruta roja, notas balsámicas y herbáceas.
Existen muchas versiones de la pizza, pero algunos de sus elementos más comunes son: la untuosidad del queso, la persistencia de la grasa, la acidez del tomate y la riqueza de la masa, además de cualquier ingrediente adicional que pueda tener. Un vino con sabores intensos para contrastar esos sabores y sensaciones es esencial. Juntos, el vino parecerá más afrutado y los taninos más jugosos.
8. Albariño y pulpo
Albariño es una de las uvas blancas que produce los vinos más refrescantes de España. Prefiere el clima más fresco y es común encontrarla en las regiones del norte como Galicia. Esta región costera tiene una gastronomía rica en productos del mar por lo que no es coincidencia que el vino maride de manera exquisita con productos como el pulpo, muy común en las mesas gallegas.
De hecho, una de las preparaciones más conocidas es el pulpo a la gallega que combina el pulpo con aceite de oliva y pimentón dulce. El pimentón dulce resalta los sabores a fruta blanca del vino y la textura particular del pulpo contrasta el frescor del vino.
9. Rioja y queso manchego curado
Rioja es una región que produce vinos blancos, rosados y tintos en España y son sus tintos que tiene gran importancia en el mundo. El estilo de estos tintos varía mucho según el envejecimiento pero suelen ser de cuerpo medio, altos en acidez y tener taninos bien integrados.
El queso manchego, elaborado de leche de oveja, tiene una textura suave, aromas lácteos y sabores ácidos, ligeramente picantes, persistentes y fuertes en los ejemplos muy curados. La tradición ibérica de consumir un buen vino con un queso curado es parte de la razón por lo cual funciona este maridaje. El contraste entre las sensaciones secantes del vino y untuosas del queso es la otra. De hecho, los taninos equilibrados del vino juegan el papel más importante en este maridaje.
10. Ribera del Duero y cochinillo o cordero asado
Ribera del Duero produce vinos tintos concentrados, que suelen tener niveles altos de alcohol y taninos, sabores concentrados a fruta madura. La variedad local Tempranillo es usada y se complementa con variedades internacionales como la Cabernet Sauvignon.
El cochinillo o cordero asado son dos ejemplos de carnes de sabores delicados pero de texturas particulares. La carne es jugosa y grasosa y la sensación es persistente en boca. Un vino de cuerpo potente y persistente en boca es necesario para equilibrar las sensaciones y lograr un maridaje legendario.