Miguel Angel Cavazos
En esta época nunca faltan los grinchs. Y entre ellos hay quienes dicen que no es tan buena idea regalar vinos. Pero nosotros estamos seguros de que un vino siempre será un buen regalo.
Te platicamos por qué.
Un buen vino es una invitación a saborear y prolongar el momento. Vivimos en un mundo en el que casi siempre tenemos prisa, por lo que tomarse el tiempo para disfrutar al máximo cada sorbo, dejarlo invadir el paladar y los demás sentidos, y permitirnos evocar sensaciones y recuerdos que creíamos olvidados, es todo un acontecimiento.
Un vino es un viaje que comienza en los sentidos y termina en los recuerdos.
Otra ventaja de regalar vinos es que no es un asunto de precio. En el catálogo de Vinoteca tenemos, además de las opciones premium, otras más accesibles que también ofrecen una gran calidad. Si no fuera así, no las venderíamos. No siempre el producto de mayor precio es la mejor opción. Como mencionamos en otra publicación, lo más importante de un vino es que sea coherente con la situación en la que se va a consumir y con las emociones que quieres provocar.
Hay un vino para cada tipo de personalidad. Puedes regalar desde un vino tradicional de una marca conocida, hasta un vino más innovador, como el Hampton Water, un rosado creado nada menos que por Bon Jovi, sí, el roquero ochentero-noventero que parecía no envejecer nunca y que cantaba “It’s my life” (himno gen X, garantizado para poner a cantar a las tías). Lo puedes encontrar en nuestro catálogo (al vino, no a Bon Jovi).
Regalar un vino es decirle a esa persona especial: “me tomé el tiempo de escoger algo para ti y no me conformé con lo primero que vi”. Un vino le dice a la persona que se lo regalamos: “acuérdate de mí cuando te lo estés tomando”. Y también es desearle que el tiempo por venir esté lleno de momentos especiales que ameriten descorchar una botella y brindar.
En pocas palabras, regalar un vino es regalar el deseo de felicidad para las personas que amamos.
Hasta la próxima copa.
Team Vinoteca
