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La historia y el día internacional del Malbec

El centro histórico de producción de Malbec fue Cahors, localidad ubicada en el sudoeste de Francia, cerca de los Pirineos. Se encuentra relativamente cerca de una de las principales regiones vitivinícolas de Francia: Burdeos está 200 km al este de Cahors.

Cahors es el lugar donde se cultivó por primera vez el Malbec, ingresando a la región desde el año 150 d.C de la mano de los romanos. Tiempo tardó esta uva en ser reconocida en obras de literarias clásicas, recomendada por grandes obispos del orden eclesiático, pero fue Leonor de Aquitania, quien contribuyó notablemente a la expansión de los vinos de Cahors, sobre todo en el mercado británico.  La vida de Leonor  se cruza con la historia del Malbec en un punto clave: Su casamiento con Enrique Plantagenet (1152) estableció un estrecho lazo entre su ducado y las islas británicas. 

Durante tres siglos los ingleses “vendimiaron en Aquitania”, y no solo compraban vinos de esa región, sino que se produjo un relevante flujo de capitales e inversiones hacia la viticultura del sudoeste francés.  Pronto el vino de la región sería bautizado por el Enrique III (1312), como “ el vino oscuro de Cahors”, aunque las expectativas de prosperidad se vieron frustradas por el estallido de la guerra de los Cien Años (1337): a partir de entonces, la región se vio asolada por ejércitos adversarios, mercenarios y bandas armadas. Se produjo un fuerte retroceso en la producción y comercialización de estos vinos.

El siglo XV fue el de la reconstrucción de los viñedos y las rutas comerciales. La prosperidad de Francia en este periodo permitió una mejora notable en la infraestructura de transporte, hubo mejoras en la navegabilidad de los ríos, como así también en los puertos.

Gracias a Puerto de la Rochelle el vino de Cahors  llegó con fluidez a los mercados del norte de Europa (Inglaterra, Alemania, Holanda), como así también se volcó a conquistar el oeste (EEUU) y el este (Rusia). Pero el siglo 19 marcó el declinar del vino de Cahors en Francia e Inglaterra. Los comerciantes de Burdeos le cerraron el camino a los mercados británicos y priorizaron otras variedades que se adaptaban mejor a las características de los suelos y climas de esa región. El prestigio de los vinos de Cahors, sufrió un periodo de decadencia en aquella centuria quedando fuera de las listas de los vinos reconocidos y valorados del momento. 

El golpe de gracia para la decadencia del Malbec en Francia fue la plaga de filoxera. Esta atacó los viñedos de Cahors a partir de 1877 y causó estragos. Las 40 mil has que se cultivaban hasta entonces, desaparecieron casi en tu totalidad en pocos años. A partir de esta devastadora experiencia, los viticultores galos perdieron sus últimos lazos con el Malbec, situación que no se pudo revertir hasta la segunda mitad del siglo XX. 

Malbec en la Argentina: Un suceso explicable

La expansión del Malbec inició por el siglo 19, hacia el cono sur, donde un grupo de cepas (entre ellas el Malbec) se comenzó a cultivar en las Quintas Normales de Santiago de Chile y Mendoza. En Chile el Malbec llegó en la década de 1840, donde la clase comenzaba a mirar hacia Francia con creciente interés, con ambiciones de superación, incorporando dentro de sus necesidades la vitivinicultura  francesa, allí llegaron especialistas franceses, entre ellos Michel Aimé Pouget, aportando información de suma importancia en la Sociedad Nacional de Agricultura y la Quinta Normal de Santiago de Chile fundada por el exiliado argentino Domingo Faustino Sarmiento.

Después Sarmiento regresó a su país y promovió la fundación de la Quinta Normal de Mendoza, siguiendo el modelo de Francia y Chile, se propuso incorporar nuevas variedades de cepas, todo esto bajo la dirección de Michel Aimé Pouget, titulado en la Sociedad de Horticultura de París. Pouget llegó a Mendoza en 1853, con los aportes de Quinta Normal de Chile, entre los cuales se destacaba “una gran carga de plantas y semillas que incluía cepas de varios tipos”. 

El Malbec se adaptó muy bien a los suelos y climas de Argentina en general, y de Mendoza en particular. Los viticultores lo acogieron con entusiasmo y, poco a poco, se expandió como la principal cepa de la viticultura nacional. Al comenzar el siglo XX, la mayor parte de las viñas de Mendoza ya estaban formadas por la entonces llamada “uva francesa”, que era la forma de denominar principalmente al Malbec. Poco a poco, esta variedad fue apreciada y valorada. Posteriormente sobrevino una crisis que motivó una fuerte reducción de los viñedos nacionales y del Malbec en particular. La oportunidad para el extranjero inversos era única, capitales externos

Pero en 1990 milagrosamente esta uva trepó de 10 mil has a casi 40 mil hoy dia. El Malbec consolidó su posición como cepa emblemática de la viticultura argentina para sus vinos tintos, y lideró las exportaciones nacionales que, a partir del año 2000, iniciaron un avance progresivo y sin precedentes.

150 años demoró el viticultor argentino, desde que recibió las primeras cepas del Malbec, hasta que se sintió en condiciones de elaborar un vino digno de exportación. Fue un periodo largo de trabajo e interacción entre hombres, plantas, suelos y clima. Los viticultores cultivaron el Malbec con cuidado e interés; y permitieron su consolidación como variedad emblemática de la República Argentina. Durante cerca de un siglo y medio, el Malbec estuvo confinado dentro de los límites nacionales: los viticultores argentinos elaboraron sus vinos exclusivamente para el mercado interno.

Esta situación cambió en los últimos años del siglo XX, cuando se produjo el cambio de paradigma, y se comenzó con el proceso de exportación, asi se le concedió a esta uva la oportunidad de reencuentro con Europa, y su dia mundial que es el 17 de abril de 1853.

Hoy puedes encontrar Malbec también en Francia, y en menor escala Estados Unidos, Chile, Australia, Nueva Zelanda y Mexico.

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