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El suelo del viñedo

El suelo o terreno donde se asienta el viñedo es un factor permanente de gran importancia, pues no solo constituye el elemento de nutrición de la vid, sino que también actúa como hábitat o soporte de la misma. La vid es una planta de gran rusticidad y prácticamente puede vegetar en cualquier tipo de terreno, salvo en los suelos salinos donde es bastante sensible. Prefiere suelos profundos, mejor si son de baja fertilidad. Producir un buen vino implica obtener frutos de una calidad excelente y para ello las características morfológicas del suelo serán de gran importancia.

Profundidad

Constituye el primer elemento determinante del potencial de desarrollo de la vid. Suelos profundos con provisión adecuada de agua y elementos fertilizantes asimilables, son propios para las grandes producciones, mientras que los superficiales, pobres y sin reserva hídrica, no permitiendo gran desarrollo de las vides, producen cosechas escasas, aunque de mayor calidad.

Textura

Es otro determinante fundamental en el cultivo de la vid. La composición física del suelo condiciona el desarrollo del sistema radicular y por lo tanto su aprovisionamiento en la cantidad y calidad de la producción, lo que explica la importancia del origen geológico de los suelos.

Arenosos: Si no están complementados en un mínimo 20%, son suelos sueltos, cálidos, poca retención de agua y elementos nutritivos, absorción y maduración.

Arcillosos:Los que poseen más del 50% del arcilla, son fuertes, fríos, tienen gran capacidad de absorción de agua y de elementos fertilizantes, a las raíces les cuesta desarrollarse, retardan la maduración.

Francos: Es un contenido intermedio entre arcilla y arena, son equilibrados, de buena fertilidad y textura.

Pedregosos: Elementos gruesos, deben estar complementados para tener equilibrio, y sostén nutricional.

Métodos de riego

El agua de riego se incorpora al suelo mediante distintos métodos que según su disposición se clasifican en:

Por gravedad

El agua se aplica cubriendo parcialmente el terreno y se escurre infiltrándose en los pequeños cauces llamados surcos.

Métodos presurizados


El agua se aplica tipo lluvia (aspersión) o mediante emisores (goteo).

Calidad del agua y nutricion de la vid

La diferencia fundamental entre el agua de lluvia y la de riego es que la primera no lleva sustancias sólidas en suspensión o disueltas (excepto el polvo atmosférico, microorganismos y nitrógeno en cantidades muy pequeñas) mientras que la segunda contiene siempre sales disueltas y partículas en suspensión que la enturbian.

En consecuencia el agua de lluvia no origina problemas en los suelos ni en los vegetales, por lo cual es ideal sin embargo, el riego artificial con agua estable es una gran alternativa, más que pueden incorporársele elementos en la misma.

-Nitrógeno: Imprescindible para el desarrollo celular y crecimiento de la planta, si escasea se detiene la correcta producción, y si se aporta de más puede haber exceso del mismo y problemas en su fermentación.

-Potasio:Favorece la planta, aumenta el tamaño de hojas, racimos, distribución de reservas de la planta, ofrece resistencia contra enfermedades, da resistencia al racimo y desarrolla el PH de los racimos

-Fosforo y azufre:En cantidades bajas, favorece el desarrollo de las raíces y planta en general.

-Magnesio y Hierro:Intervienen como elemento formador de la clorofila.

-Calcio:Balancea la acidez y la mineralidad de la savia, transporta nutrientes, se recomienda dosis bajas.

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