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Quien fue Rudy Kurniawan

A Zhen Wang Huang se le conocía como Rudy Kurniawan entre las clases altas de Hollywood. Cuando uno quería hacerse con un Burdeos sumamente raro era el hombre a quien llamar. Nacido el 10 de octubre de 1976 en Yakarta, este indonesio de origen chino había llegado a Estados Unidos a los 12 años. A los 31 triunfaba como un hombre hecho a sí mismo.

Kurniawan poseía gran memoria gustativa y era capaz de adivinar casi todos los vinos en el transcurso de una cata a ciegas. Estas habilidades le convirtieron en un habitual de los círculos sociales más adinerados de California. Su prestigio crecía por lo que, a principios del año 2000, comenzó a comprar y vender grandes cantidades de vino. Hasta el punto que, en 2007, era dueño de la bodega privada más grande del mundo.

Sin embargo, tras el oropel, había solo un gran stock de botellas vacías de vinos antiguos o raros. Procedentes de eventos exclusivos en Nueva York, Los Ángeles o París; Kurniawan las rellenaba con una mezcla de vinos, en su mayoría de California. Eso sí, antes de venderlas a precios astronómicos, les añadía una etiqueta debidamente trucada.

Con este modus operandi sus caldos lograron engañar incluso a los sumilleres más expertos. Por este motivo, se le acusó de cometer el mayor fraude que el mundo del vino haya vivido. En 2014, fue juzgado y condenado a 10 años de prisión. No obstante, su increíble historia ha dado pie a un documental ‘Sour grapes’ (2016) y a un libro de Peter Hellman, ‘In vino duplicitas’.

Pero, ¿cómo pudo suceder? Jugaba a su favor que este tipo de vinos (los grandes crus de Borgoña o los más selectos de Burdeos) rara vez se descorchan. Suelen adquirirse como objetos de colección o inversión financiera. Por tanto, las posibilidades de reconocer el fraude mediante una cata apropiada se reducían mucho.


En este sentido, los vinos favoritos de Rudy Kurniawan eran los del Domaine de la Romanée Conti, una de las bodegas más prestigiosas del mundo. Los investigadores calcularon que llegó a vender casi 2,5 millones de dólares solamente de este Borgoña.

No obstante, debido a su éxito Kurniawan se confió y cometió errores. Entre otros, falsificar más botellas de las que había producido realmente una bodega o subastar botellas de añadas de un vino que no se había producido. Así, los expertos empezaron a notar que algo no encajaba y tomaron precauciones.

Uno de los casos que hicieron saltar las alarmas fue el de las botellas de Clos Saint Denis del Domaine Ponsot. Concretamente las de las cosechas entre 1945 y 1971 que eran vendidas como auténticas. A Laurent Ponsot, propietario de la bodega, este hecho le extrañó muchísimo. El motivo era que su familia no había empezado a elaborar vino hasta 1982.

Este sería el punto de partida de una investigación del FBI que acabaría con el falsificador del vino entre rejas.

En marzo del 2012 agentes del FBI entraron a la residencia de Rudy y encontraron un laboratorio casero donde falsificaba las etiquetas. Botellas remojadas en agua listas para ser rellenadas con mezclas de vinos en su mayoría de California. Era increíble pero cierto. En 2014 Rudy fue condenado a 10 años de prisión y actualmente se encuentra en la cárcel cumpliendo su condena. Sus fechorías pueden verse en el documental Sour Grapes en Netflix.

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